La harinera del siglo XIX
tenía el acceso principal por la calle Italia, en el inmueble donde
hasta hace unos meses funcionaba una conocida pizzería. A medida que
avanzaban los años, en plena época de ampliación urbana e
industrial por el llamado Ensanche de Alicante, el viejo molino se
convirtió en fábrica de pan en 1902, en una factoría donde, según
la prensa de la época, «fue necesaria la inversión de importantes
capitales» para «procurar simplificar el trabajo del hombre
sustituyéndole por soberbias máquinas».
Por la calle Arzobispo Loaces se entraba al almacén
de la fábrica, por una verja y unos pilares pintados en rojo y
blanco que, unas cuantas décadas después -a mediados del siglo XX-
se convirtieron en un taller mecánico, conocido como el Garaje
Alcázar.
Durante años, han accedido a esta parcela vehículos
que utilizaba el pasaje como aparcamiento privado, a modo de cochera
particular. Pero los derribos se fueron sucediendo, y desde hace
meses, el solar está diáfano y despejado para levantar una nueva
edificación. De hecho, tanto en la caseta de venta de pisos como en
internet se pueden ver los planos del edificio. El inmueble consta de
12 pisos de 3 dormitorios y exclusivos áticos con terraza y zonas
comunes con chill out, jacuzzi y gimnasio.
Alicante Vivo ha levantado la voz de alerta ante la
que considera «otro ataque al patrimonio de la ciudad». Un
componente de este colectivo, Alfredo Campello asegura que hace unos
meses «la empresa promotora cerró un acuerdo de palabra con la
Concejalía de Urbanismo para respetar esta entrada al solar, pero
ahora no queda nadie de los responsables de este departamento y, sin
nada firmado, tememos que no se cumpla la palabra dada».
Compromiso «verbal»
Por su parte, fuentes de la Concejalía de Urbanismo
ha asegurado que «esos elementos no tienen ninguna protección según
criterios objetivos». Los técnicos sí comparten la misma opinión
que Alicante Vivo respecto al tipo de acuerdo establecido con la
empresa: «Sobre compromisos de palabra, no podemos saber lo que hizo
el anterior responsable del área, pero si hubiese querido
protegerlo, si fuese posible, lo hubiese exigido por escrito a la
empresa». Cabe recordar que, a finales de noviembre, el alcalde
Gabriel Echávarri substituyó a varios funcionarios en el Área de
Urbanismo, a raiz de la salida del Gobierno Local de Miguel Ángel
Pavón.
Ante las dudas sobre el futuro de esta portalada
bicolor, Alfredo Campello reclama al Ayuntamiento que «respete la
verja y los pilares en la urbanización del entorno. Pienso que la
empresa debería integrar estos elementos, que le pueden dar
prestigio al inmueble, al poner el valor un vestigio histórico de la
ciudad».
Noticia: ww.diarioinformacion.com 05 de Marzo del 2018 Alicante
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