Su construcción se sitúa hacia mediados del siglo XII y, a pesar de no ser los únicos que existirían en la medina islámica de Ilš, sí son los únicos que se han conservado.
Constituyen un conjunto monumental singular del patrimonio cultural de la Comunidad Valenciana, ya que son uno de los escasos ejemplos de arquitectura pública islámica que se conserva en este territorio.
Estas instalaciones se encuentran en el sótano del antiguo convento mercedario de la ciudad. La primera constancia de su existencia se remonta a 1270, cuando el infante Don Manuel, señor de la villa, que entonces formaba parte del reino de Murcia, donó a los frailes de la Orden de la Merced, del hospital de Santa Eulalia de la catedral de Barcelona -primera sede de la orden-, los baños y el cementerio musulmán, situados fuera de las murallas de la ciudad, frente a la puerta de la Calahorra y junto al camino de Alicante.
El edificio es solo una parte de lo que fue en su día. Además de la sala fría, templada y caliente, existiría una zona destinada al horno y un vestíbulo donde los usuarios podían desnudarse y guardar la ropa. La parte mejor conservada es el bayt-al-sajun, la sala dedicada al baño caliente. En su interior, se observan actualmente los ocho pilares de ladrillo que sostendrían el suelo de la sala y entre los cuales circulaba el aire caliente que salía del horno a través de un túnel subterráneo.
El hammam o baño público es un elemento, junto con la mezquita, definidor del urbanismo islámico. Su emplazamiento facilita la atención a vecinos y forasteros, que acuden a rezar o van a mercadear al zoco de la ciudad. Además de una funcionalidad dirigida a la higiene personal y espiritual, eran un lugar de encuentro y de reunión.
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