Busto de Capitán Archibal Dickson en el Puerto de Alicante
Zona donde esta situado el busto, cercano a la Escalera de la Reina
Puerto de Alicante - España
Septiembre del 2018
Escalera de la Reina
Puerto de Alicante - España
Septiembre del 2018
Archibald Dickson (Cardiff, Gales,
primer trimestre de 1892 – Mar del Norte, 19 de
noviembre de 1939) fue un capitán de barco británico.
Cuando estaba al mando del carguero Stanbrook fondeado en
el puerto de Alicante en los días finales de la Guerra Civil
Española rescató a 2.638 refugiados republicanos que
estaban a punto de caer en manos del bando franquista y los
llevó a Orán, en la Argelia francesa. Helia González,
que tenía cuatro años cuando subió a bordo
del Stanbrook recuerda:
[El capitán Dickson] fue capaz de salvarnos contra todo viento político y marea de la infamia de nuestro país
El 19 de noviembre de 1939 el SS Stanbrook
fue torpedeado en el Mar del Norte (51.21N, 2.25E) por el
submarino alemán U57, al mando del comandante Claus Korth. El
Stanbrook se partió en dos y se hundió llevándose consigo la vida
de sus 20 (ó 21) tripulantes, incluida la del capitán Dickson.
La proeza del Stanbrook
El 28 de marzo de 1939 el Stanbrook se
hallaba fondeado en el puerto de Alicante esperando cargar naranjas y
azafrán. Su capitán, el galés Archibald Dickson, al ver a los
miles de refugiados que había en el puerto, desafió la orden que
había recibido del propietario del carguero Jack Billmeir de no
evacuar civiles y acogió a todos los que cupieran a bordo.
El capitán Dickson contó en una carta al Sunday
Dispatch publicada el 4 de abril las razones por las que había
tomado la decisión de socorrer a los refugiados:
Debido al gran número de refugiados me encontraba en un dilema sobre mi propia postura, ya que mis instrucciones eran que no debía tomar refugiados a menos de que estuviesen realmente necesitados. No obstante, después de ver la condición en que se hallaban decidí desde un punto de vista humanitario aceptarlos a bordo, ya que anticipaba que pronto desembarcarían en Orán.
Entre los refugiados había todo tipo de clases de gente, algunos aparentaban ser extremadamente pobres y parecían consumidos por el hambre y mal vestidos, con una variedad de atuendos que iban desde monos hasta viejas y desgastadas piezas de uniformes e incluso mantas y otros peculiares trozos de tela. Había también algunas personas, mujeres y hombres, con una buena apariencia y que asumí eran mujeres y parientes de funcionarios. Algunos de los refugiados parecían llevar consigo todas sus posesiones terrenales cargadas en maletas; bolsas de todas las descripciones, algunas atadas en grande pañuelos y unos pocos con maletas.
Helia González, entonces una niña de cuatro años
cuya familia republicana había ido a Alicante desde Elche,
recuerda cómo conoció al capitán Dickson:
Llegamos al puerto en tren desde Elche; una vez allí, una cola larguísima nos separaba de un barco que me pareció enorme con un nombre extraño y mucha gente. Nosotros, como todos los demás, temíamos no poder alcanzar la pasarela que nos permitía llegar a él.
Al fin llegamos al barco. Unos brazos vigorosos me levantaron. Vi una cara sonriente, una gorra de marino y me dio un beso en la mejilla. No dijo una sola palabra, pero ese abrazo, esa mirada, prometían algo bueno... era él, Dickson y ya no había peligro.
El Stanbrook zarpó al atardecer del 28 de
marzo con 2.638 personas a bordo y sorteando los proyectiles lanzados
por el crucero franquista Canarias que bloqueaba el puerto
de Alicante. Para eludirlo el capitán Dickson puso rumbo a Orán, en
la costa de Argelia.
La razón por la que el capitán Dickson incumplió
sus obligaciones hacia la naviera para la que
trabajaba, France Navigation, abandonando su mercancía, fue
puramente humanitaria. Poco después de llegar el cargamento, miles
de hombres, mujeres y niños, que huían de las tropas del bando
franquista, irrumpieron en el puerto con la esperanza de embarcar
hacia cualquier destino que no esté en España. Dickson decidió no
llevar su cargamento, y embarcó a 2.638 personas, un pasaje excesivo
para un barco tan pequeño. Tanto es así que el barco se escoró en
varias ocasiones durante la travesía.
Diez minutos después de zarpar, poco antes de las
once de la noche, el puerto y el centro de la ciudad de Alicante
fueron bombardeados. La salida del puerto se hizo de noche y a
oscuras para evitar ser interceptados por los navíos del bando
franquista. Fue precisamente el avistamiento de estos barcos y el
consiguiente desplazamiento del pasaje para observarlos lo que
provocó en varias ocasiones que el barco se escorase.
Después de 22 horas de travesía —durante la cual
el capitán Dickson, según contó él mismo, suministró «a los
refugiados más débiles un poco de café y un poco de comida»—
el Stanbrook llegó al puerto de Mazalquivir cerca
de Orán. Cuando supieron de la llegada del barco, residentes
españoles en Orán les llevaron en barcas alimentos y medicinas. Dos
días después —gracias a las gestiones del capitán Dickson— las
autoridades coloniales francesas dejaron desembarcar a las mujeres y
a los niños, siendo acogidos en la antigua prisión del Cardenal
Cisneros —«nos trasladaron a un lugar para ducharnos y
desinfectarnos; no fue un buen recuerdo, era un lugar oscuro, húmedo
y frío, y unos hombres nos vigilaban incluso a las mujeres
desnudas», recuerda Helia González-. Los hombres —unos 1500—
tardaron un mes en hacerlo por decisión de la administración
francesa, desconociéndose la razón de la cuarentena. Antonio
Vilanova, uno de los refugiados, recuerda: «salimos llenos de
miseria. Allí conocí por primera vez los trimotores, piojos de
un tamaño monstruoso». Fueron conducidos a un centro de alojamiento
donde los ducharon, los vacunaron y les dieron alimentos. Después
fueron internados en un campo de concentración
70 aniversario
En marzo de 2009, la
Comisión Cívica de Alicante para la recuperación de la Memoria
histórica3 invitó a los dos hijos del capitán Dickson, Arnold y
Dorothea, al homenaje que organizaban en su memoria con motivo del 70
aniversario de su gesta. Fue una jornada muy emotiva en la que más
de un millar de personas, entre ellas pasajeros supervivientes y sus
descendientes, agradecieron, a sus hijos, la acción humanitaria de
Dickson. Sin embargo no fue hasta 2015 cuando se celebró por primera
vez la hazaña del capitán en Cardiff, su ciudad natal
Texto. Wikipedia
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