¿Por qué en nuestra ciudad de Alicante, se ha destruido tanto patrimonio histórico y tradicional alegando que se hacía por el bien de sus ciudadanos? Siempre he considerado estas “maniobras” como maniqueas, porque detrás de ellas lo que realmente se oculta son intereses privados e incluso políticos que no aportan absolutamente nada, en general, a la ciudadanía y, por el contrario, se pierden bienes patrimoniales que están unidos a tradiciones y sentimientos de toda la vida. La historia de una ciudad no está reflejada sólo en los archivos, sino también en sus monumentos, en su distribución urbana, en sus barrios etc. y, en mi opinión, se deben conservar porque son su esencia como ciudad, sin que haya que olvidar que también debe progresar pero respetando todo aquello que le ha dado su carácter, a través de los tiempos, como núcleo urbano.
El agua que tocamos en los ríos es la postrera
de las que se fueron y la primera de las que vendrán;
así el día presente.
Leonardo da Vinci
RECUERDOS
La ermita del Socorro en el Raval Roig. Entre los muchos “crímenes” urbanísticos que se han cometido en nuestra ciudad por nuestros prebostes políticos, escudándose en la modernidad y que las decisiones que tomaban eran por el bien de Alicante, hay uno que no cabe en una cabeza lógica y bien amueblada. El derribo de esta ermita en 1973 ha privado a las generaciones actuales de contemplar este monumento que era parte de un edificio en donde hubo, además, una torre de vigilancia. El edificio perteneció a los caballeros templarios a partir de 1270. Esta misma orden instaló en esa ermita una imagen de la “Mare de Deu del Lluc”, probablemente traída desde Mallorca, del santuario que lleva el mismo nombre de la Virgen, por algún miembro de esta orden. Desaparecida la orden a instancias del papa Clemente V, la ermita siguió en pie con el paso de los años, hasta que la orden religiosa de los agustinos en 1585 se hizo cargo de ella hasta que en 1609 se trasladaron a la ciudad, dejando para su cuidado a un fraile. Con el transcurrir de los tiempos, pasó a pertenecer al patrimonio de la basílica de Santa María.
Lo más sangrante del caso es que el derribo de este monumento, con siete siglos de existencia, fue una pura especulación urbanística para levantar un aparcamiento de coches, en el que por deferencia, se cedió un pequeño local como sede de la nueva ermita. Ya en la década de los 90, concretamente en 1997, si no recuerdo mal, hubo una tromba de agua producida por una gota fría, que descargó 220 litros por metro cuadrado en apenas seis horas, y se llevó parte de la fachada que da a la carretera de ese aparcamiento. No sé lo que le pasó a la nueva sede de la ermita y si afectó a los “pasos” que guarda en su interior. Los alicantinos sabemos que estos fenómenos meteorológicos son frecuentes en nuestra ciudad, y es posible que una avalancha de agua tan fuerte como las que se producen en esta zona, al ser cauce natural de desagüe del Benacantil, pudiera llevarse por delante al “Morenet” y a la“Mare de Deu del Socors” que todavía siguen saliendo a procesionar -el “Morenet” en Semana Santa y la Virgen del Socorro en septiembre-. Dios no lo quiera.
A lo largo de su historia, esta ermita se ha conocido con los nombres de San Sebastián, Mare de Déu del Lluc y Mare de Déu de Socors.
Joaquin Ñeco 30 - Octubre - 2017
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