Antiguo cañón Truvia 1853 N II situado en la zona de aparcamiento del Castillo de Santa Bárbara - Alicante - España
“Truvia 1853″, que
indica su fecha de fundición y su procedencia: la Fábrica de Cañones de
Trubia en Oviedo (Asturias)
La Fábrica de Armas de Trubia es
una filial de Santa Bárbara Sistemas, especializada
en fabricar obuses y carrocerías.
A finales del siglo XVIII, España declaró la
guerra a la Francia revolucionaria, que había ejecutado a
su rey, Luis XVI. La guerra discurrió de forma desastrosa para
España, que se vio obligada a firmar la Paz de Basilea el 22
de julio de 1795. El gobierno de España temió perder los
territorios próximos a la frontera francesa. Las
fábricasnavarras de Eugui y Orbaiceta habían
sido asediadas y asaltadas. El Gobierno encargó la localización de
un lugar alejado de la frontera, eligiendo en Asturias aquel
en el que se podía instalar una industria militar con el objetivo de
atender las necesidades de material bélico del Ejército
español y de la Armada Real, y suplir así las
deficiencias que presentaban otros establecimientos por su proximidad
a la frontera pirenaica.
En 1794 se decidió instalar esa factoría
en un paraje donde no estuviesen distantes los yacimientos de
aquellas materias primas a utilizar, como eran
la madera, hierro y carbón, «el punto de unión
de río Trubia con el Nalón, en las inmediaciones de Udrión».
Esta operación supuso desplazar miles de personas desde Placencia
de las Armas oÉibar (Guipúzcoa) a Asturias, no solamente
operarios, si no que se trasladaron con sus familias. Que se
distribuirían por oficios no solamente en Trubia, también en otros
municipios, la producción se llevaba a Trubia donde se montaban las
piezas y se construían las armas.
El paraje elegido para la instalación de la empresa
era el idóneo, el cerrado valle ayudaba a la defensa de la empresa
con pocos militares, al tiempo que la cercanía de los dos ríos
hacía propicia la utilización de agua sin ningún tipo de
restricción ni problema de acarreamiento. La cercanía de numerosos
bosques también favoreció la elección ya que de esta forma se
garantizaba la materia prima para la obtención de carbón de coque.
La creación de esta factoría no solo supuso
que Trubia se situara durante décadas a la cabeza de la
industria en Asturias y en algunos ámbitos también a nivel europeo,
sino que supuso asimismo el crecimiento de la localidad y la creación
de insignes edificios, muchos de ellos aún en pie y símbolo del
poder económico que en su día reinó en una localidad cuya
decadencia comenzó allá por los años cincuenta.
La fábrica de armas cuya fachada principal, con su
portería, se ha convertido en punto referencia indiscutible para la
localidad. Por sus alrededores han pasado miles de empleados,
militares y gentes de toda alcurnia.
La Fábrica de Trubia, merced a que fue
designado su director el coronel Antonio de Elorza, militar
que se había formado en la Academia del Cuerpo en Palma
de Mallorca, perseguido por Fernando VII, motivo por el que se
vio obligado a emigrar, viajando por toda Europa y parándose
precisamente en aquellos países que eran punteros en los métodos
industriales, lasacerías en Bélgica, en Alemania, en
el Reino Unido, hicieron de él uno de los más capacitados
ingenieros, y por ello, dirigiendo la fábrica de Trubia, acabaría
creando en 1850 la que fue primer Escuela de Artes y
Oficios, la famosa Escuela de Aprendices para que los hijos
de los trabajadores se formasen en aquellos oficios que precisaría
la factoría en años sucesivos.
Trubia se convirtió así en un pueblo muy distinto
de los del resto de España, pues en pleno siglo XIX, contaba
con Teatro, Casino, Escuela de idiomas, Coral polifónica y Banda de
Música. Las más de 120 promociones de alumnos de esta Escuela
(después copiada en otras ciudades), propiciaron que de sus aulas
saliesen más de 4.000 alumnos con formación teórico-práctica, que
desperdigados por toda la geografía nacional y extranjera, fueron
disputadísimos profesionales que alcanzaron muchos de ellos altos
cargos en las industrias que les dieron acogida, debido a la
formación que recibían los alumnos de aquella Escuela.
La Primera guerra
mundial (1914-1918) le dio un nuevo impulso, con la consiguiente
erección de nuevos talleres, edificios administrativos; se ubicaron
en el barrio del Soto las viviendas de la jefatura, el casino y la
iglesia y un pequeño parque. Fue la mejor época de Trubia; en los
años cincuenta, esta se sumergió en una tozuda decadencia, que aún
hoy continúa. Desde entonces, la Fábrica de Armas de
Trubia conoció ampliaciones y reformas; pese a ello, es interesante
como arquitectura de los albores del siglo XX.2
En el marco de los actos
de venganza y purga que sucedieron tras la toma militar de Asturias
por parte de los rebeldes durante la Guerra civil, a
las siete de la mañana del catorce de noviembre de 1937, fueron
fusilados todos los oficiales de artillería que estaban al mando de
la fábrica de Trubia: su director, comandante militar de Trubia,
coronel José Franco Mussió; el comandante Manuel Espiñeira
Cornide; los capitanes Ernesto González-Reguerín Suárez-Cantón,
Ignacio Cuartero Larrea, Hilario Sanz de Cenzano y Pinillos, José
Bonet Molina y Luis de la Revilla y de la Fuente; y el
teniente Luis Alau y Gómez Acebo.
Wikipedia
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