Una aspillera defensiva es una abertura vertical, estrecha y profunda, practicada en muros, murallas y torres para permitir a los defensores disparar flechas o proyectiles con un arco o ballesta, manteniéndose protegidos. Estas aberturas suelen ser más anchas en el interior para dar más rango de tiro y, en el caso de las ballestas, a veces tenían forma de cruz.
Características principales
Forma: Generalmente vertical, horizontal o de forma libre y estrecha en el exterior, pero se ensancha hacia el interior (con un ***"derramado") para ofrecer al tirador un campo de visión y disparo más amplio.
Función: Permite disparar a cubierto del enemigo, utilizando armas arrojadizas como flechas o proyectiles de ballesta.
Ubicación: Se encuentran en muros y torres de castillos y fortalezas.
Tipos: Además de las verticales, existen aspilleras horizontales o apaisadas. Si son más anchas por fuera que por dentro, se llaman "invertidas".
Armamento: Su diseño evolucionó con el uso de diferentes armas; por ejemplo, el uso de la ballesta impulsó la aparición de aspilleras cruciformes.
Talud o ***derrame del muro* situado en la zona inferior de las torres defensivas* y murallas*, consiste en un engrosamiento de la base de la muralla que conforma un plano inclinado. Su función era la de reforzar dichas estructuras, presentando diversas ventajas: ofrecer protección frente a minas o zapas, al dar a la muralla una mayor estabilidad debido a su base más ancha; mantener a distancia máquinas de asalto con su plataforma saliente, lo que hacía más difícil escalarlas; el mayor grosor proporcionaba a su vez mayor protección frente a los proyectiles; asimismo sus cualidades deflectivas podían utilizarse como defensa activa, pues los proyectiles arrojados desde arriba podían rebotar y dirigirse contra los asaltantes. Aunque a partir del siglo XII comienza a difundirse su uso, no se generaliza hasta mediados del siglo XV con la aplicación de las nuevas técnicas
Las aspilleras se clasifican principalmente por su forma, que determina el tipo de arma que se podía usar. Los tipos más comunes son la aspillera simple (un orificio circular y una abertura vertical), la aspillera de cruz (circular con una cruz para observar el alcance y la dirección), la aspillera de doble cruz (con más aberturas para observación), la aspillera cañonera (rectangular para armas de fuego) y otros tipos específicos como la de "palo y orbe".
Tipos comunes de aspilleras
Aspillera simple: Una abertura circular y ancha en la base con una abertura vertical estrecha en la parte superior.
Aspillera de cruz: La más característica, con un orificio circular, una abertura vertical para observar el alcance y un tramo horizontal para la dirección de tiro. A veces se le llama "de bola y cruz" o "de orbe y cruz".
Aspillera de doble cruz: Similar a la de cruz, pero con dos (o más) aberturas transversales en la parte vertical para una mejor visión.
Aspillera cañonera: De formato rectangular, utilizada para disparar armas de fuego durante la transición de las fortalezas medievales a las abaluartadas.
Aspillera de palo y orbe: Un tipo específico donde la abertura se asemeja a una cruz con el palo vertical más largo que los brazos horizontales.
Otras formas: También existen aspilleras con formas de buzón o banco corrido.
Torre Defensiva de Volumen Prismático es una estructura de defensa con una forma tridimensional de prisma, como un cubo o un prisma rectangular, y se usaba para vigilancia y protección. Estas torres a menudo se construían con planta cuadrada o casi cuadrada y tenían varios niveles, a veces con una base piramidal para mayor estabilidad. Ejemplos incluyen las torres de vigilancia medievales o árabes, construidas con materiales como piedra y mortero.
Características principales
Forma de prisma: Su volumen principal tiene la forma de un prisma, como un cubo o un prisma rectangular.
Planta cuadrada o casi cuadrada: La base de la torre suele ser de forma cuadrada o con una ligera aproximación a un rectángulo.
Múltiples niveles: Se elevan en altura, divididas en diferentes plantas o alturas para diferentes funciones.
Base piramidal: Algunas pueden tener una base de volumen piramidal truncada para ofrecer mayor estabilidad.
Materiales de construcción: Tradicionalmente se construían con materiales resistentes como piedra y mortero.
Función: Sirvieron como puntos estratégicos para la vigilancia y defensa, a menudo como parte de un sistema de fortificación más amplio.
Los sillares de refuerzo en las torres defensivas servían para reforzar la estructura, ya sea como una camisa de piedra alrededor de la base para dificultar el asalto, o para rellenar muros más gruesos en fortificaciones posteriores (como las de la "traza italiana") con el fin de resistir mejor el fuego de artillería. También hay que diferenciar esta función de otras estructuras, como el mechinal, que es un hueco para el drenaje.
Tipos de refuerzos
Camisa de piedra: Se construía una capa exterior de sillares macizos alrededor de la torre para hacer más difícil la excavación y el asalto, especialmente a la base.
Relleno de muros: En las fortificaciones renacentistas con forma de estrella, los muros exteriores se hacían más gruesos y se rellenaban con materiales como piedra y arena para aguantar el impacto de los cañones.
Función de los refuerzos
Aumentar la resistencia: Los refuerzos de piedra, tierra y otros materiales añadían una capa extra de protección contra proyectiles de artillería y el uso de arietes.
Dificultar el asalto: La construcción de muros macizos y cubiertas reforzadas impedía que los atacantes pudieran derribar las torres con facilidad.
Diferencia con otras estructuras
Mechinales: Son huecos dejados en los muros de contención para permitir la salida del agua, evitando la presión horizontal sobre la estructura. Son una solución para el drenaje, no un refuerzo contra el ataque.
Aspilleras: Son las ranuras estrechas en las murallas o torres que permitían a los defensores disparar flechas u otras armas.
Torres o cubos: La forma más básica era una torre maciza, a menudo con un espacio inferior o dependencias en la parte superior para almacenar provisiones o para alojar a los guardias.
DESCRIPCIÓN CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS
La torre del monasterio de la Santa Faz se ubica en uno de los laterales del patio hortus del monasterio situado al este del claustro. El conjunto arquitectónico está constituido por todas las edificaciones incluidas en el recinto del monasterio, como la iglesia principal y el resto de volúmenes que se desarrollan alrededor de ella, así como la edificación adosada a la torre en uno de sus laterales que define uno de los alzados de la plaza. Torre: De planta rectangular y volumen troncopiramidal. Se eleva sobre un plinto piramidal y presenta planta baja, tres niveles principales y terraza accesible y, según la descripción de Valls y Maestre, tuvo un sótano hoy inaccesible y cegado. El segundo nivel presenta a su vez una subdivisión en dos niveles, y a partir de esta altura la escalera, inicialmente de planta rectangular en su arranque, retoma un desarrollo circular. Los huecos de las fachadas son el resultado de las distintas operaciones de reforma que ha ido sufriendo el edificio. La torre está rematada por una cornisa de molduración clasicista y cuatro escaraguaitas en cada una de las esquinas. Son varios los elementos defensivos de la torre: aparecen matacanes en los frentes norte y sur y troneras en los frentes norte y este. Estos últimos elementos se resuelven mediante sillería, solución constructiva que se repite en las esquinas y en los huecos. Los lienzos de la torre son muros de mampostería de piedra. La cronología del edificio es objeto de pequeñas diferencias de criterios en la bibliografía consultada. Así, Ruiz señala su origen probable en 1584 citando a los cronistas de la villa. Esta fecha prácticamente coincide con la recogida por Valls y Maestre citando a Viravens, que la sitúa en 1582. En el mismo estudio, Martínez Morella es igualmente citado por Valls y Maestre para señalar una fecha probable de construcción de 1582. Este mismo autor es referido para afirmar que las trazas obedecen a un proyecto de Cristobal Antonelli. Finalmente, Cutillas Bernal sitúa su construcción en 1557, fecha que igualmente Vidal toma como referencia probable.
Esta última fecha es la que se menciona en distintos estudios como el año en el que se urgió a distintos propietarios de la Huerta para concluir sus torres, y según señalan Valls y Maestre en esos años se acometieron distintas obras en las dependencias del convento, proyectando incluso la construcción de otra torre que defendiera los lienzos no protegidos del mismo. Todas estas fechas son coherentes con la descripción del desarrollo del conjunto urbano que hace Varela. Para el autor, a finales del siglo XV (1489) se lleva a cabo la edificación de una iglesia y un claustro en aquel lugar de la Huerta, entre Alicante y San Juan. A partir de estos elementos, comienza a desarrollarse un caserío con un crecimiento lineal a lo largo del camino, y un ensanchamiento en forma de plaza junto a la portada principal de la iglesia. Esta iglesia en la actualidad es sin embargo más bien el resultado de las intervenciones realizadas en el siglo XVIII, destacando el propio Varela las trazas de su fachada principal. La torre es pues un elemento más de este complejo y rico conjunto de caserío, iglesia y monasterio. De hecho, está dentro del monasterio, y adosada a una edificación que define la plaza principal del caserío. Esta vinculación tan estrecha hace que parezca razonable proponer que se extienda el ámbito de protección a todos estos elementos, incluyendo por supuesto el propio caserío existente en el entorno próximo.

















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